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Federación de Asociaciones de Descendientes de Alemanes del Volga

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Alemanes del Volga en la colonia "El Alto"

Por Leandro Hildt 

En las últimas décadas del siglo XIX, muchos inmigrantes alemanes del Volga llegaron a la
provincia argentina de Entre Ríos, y se hicieron de un lugar propio para vivir y trabajar. Al inicio
del siglo XX, la situación cambió y provocó que la mayoría de los inmigrantes no lograran
acceder a la propiedad de la tierra. Algunos no tuvieron otra opción que arrendar alguna parcela
o trabajar de peones en las grandes estancias. Allí se formaron grandes colonias de
arrendatarios. Algunos lo hicieron en una Estancia llamada “Santa Ana” a unos 7 km hacia el
norte de la Estación Palavecino, en el distrito Pehuajó Norte del departamento Gualeguaychú.
Como era común en aquellos inmigrantes provenientes de Rusia, étnicamente alemanes, su fe
en Dios era grande y siempre era prioridad en sus lugares de residencia tener un lugar para
celebrar cultos y bautizar a sus hijos. Esto era un problema para quienes practicaban la fe
evangélica, porque debían viajar hasta el lugar más cercano donde había un Pastor o
esperar que alguno llegara hasta donde estaban ellos. Los que fundaron las aldeas San Antonio,
Santa Celia y San Juan eran todos evangélicos, igual que los arrendatarios en varias estancias de
la zona.
La estancia Santa Ana era visitada por el pastor Johannes Vöhringer de Aldea San Antonio.
Vöhringer pertenecía al Sínodo Evangélico Alemán del Río de la Plata (SEARP), que en 1965
cambió su nombre y es hoy la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP). Los pastores llevaban
un minucioso registro de sus visitas a las innumerables colonias. El primer registro que pude ver
de una visita del pastor a Santa Ana tiene fecha del 8 de agosto de 1920. Ese día el pastor
celebró un culto y bautizó a Jorge Felipe Sack, un niño que había nacido en Rincón del Gato el 10
de julio y era hijo de Georg Philipp Sack y Katharina Michel, ambos inmigrantes alemanes del
Volga. La celebración probablemente se realizó en la casa de Johannes Zitterkopf, un
arrendatario de la zona.
Los libros con los registros de Bautismos, Confirmaciones, Casamientos y Sepelios del SEARP son
una fuente de información muy importante. Allí se pueden ver los movimientos de las familias
por distintas zonas de la Provincia y el crecimiento o disminución de integrantes en cada grupo.
El 31 de octubre del mismo año, Vöhringer nuevamente visitó Santa Ana y celebró tres
bautismos, eran los hijos de Jakob Völker y Katharina Wilhelm; Johannes Eckerdt y Elisabeth
Bohl y Georg Michel y Anna Margaretha Huck, todos alemanes del Volga. El 2 de enero del año
1921 se produjo el primer casamiento en Santa Ana entre Juan Sack y Elisabeth Wacker. La
primera Confirmación fue el 9 de octubre del mismo año. Los confirmados fueron: Juan Jorge
Chiwiski, Felipe Michel, Jacobo Schultheis, Juan Sack, Katharina Lissmann, Peter Lenneschmidt,
Jorge Zitterkopf, Eva Elisabeth Eckerdt, Johannes Likai, Katharina Lissmann, Juan Eckerdt, Felipe
Brotzmann y Elisabeth Sack. Algunas de las familias alemanas del Volga que vivían en la zona
eran: Johannes Sack y Anna María Heidenreich; J. Georg Brotzmann y Elisabeth Michel; Georg
Ziterkopf y Margarita Weigandt; Jakob Alt y Margaretha Schultheis; Konrad Alt y Margaretha
Brotzmann; Philipp Zitterkopf y Sofía Fink; Georg Bohl y Eva Katharina Alt; Philipp Bohl y
Katharina Ross; Peter Bohl y Margaretha Michel; Jakob Michel y Pauline Hornus; Peter Metzler y
Bárbara Zitterkopf; Jakob Brotzmann y Elisabeth Eckerdt, entre otros.
No todas las familias mencionadas arrendaban en Santa Ana. Algunas estaban en otras estancias
y en campos cercanos. En los registros, cuando se indica el lugar de nacimiento, suele aparecer
Palavecino, Rincón del Gato, Almada o Pehuajó Norte, lugares que en su conjunto abarcan
bastante territorio. Las celebraciones a partir de 1922 se realizaban en una Casa de Oración
(Bethaus). En Santa Ana terminaron las actividades de la Iglesia el 18 de noviembre de 1926 con
el casamiento entre Philipp Bohl y Katharina Ross. El 20 de octubre de 1927 se registró por
primera vez un lugar denominado “El Alto”, fue para anotar el casamiento de Juan Sack y Eva
Elisabeth Sittner. A partir de ese momento, todos los bautismos, casamientos y confirmaciones
de las familias mencionadas antes suceden allí. El nombre refiere a otra estancia, llamada “El
Alto”, ubicada a 5 km de Santa Ana, hacia el lado de la Ruta Provincial Nº 20. Los dos primeros
bautismos fueron celebrados por el pastor Ernst Lang, también perteneciente al SEARP. El 5 de
febrero de 1928 fueron bautizados Alfredo Kreick, hijo de los inmigrantes Johannes Kreick y
Katharina Huck; y Emilio Bohl, hijo de J. Georg Bohl y Elisabeth Alt, también alemanes del Volga.
En el Libro de Entre Ríos, Historia del trabajo, Gualeguaychú Tomo III (Editorial Agraria
Argentina, 1945), hay informes respecto de algunas familias de El Alto. Los hermanos Georg,
Philipp y Peter Bohl, llegados a la Argentina en 1912, son propietarios, al igual que la señora
Elisabeth Michel, viuda de Georg Brotzmann, que compraron su campo en el año 1925. Las
tierras compradas por los Bohl no pertenecían a la estancia; sin embargo, ellos dicen vivir en la
“Colonia El Alto”. Esto es un indicio de que la zona estaba identificada con el nombre de la
estancia, traspasando los límites propios de la misma. Las otras dos familias más numerosas que
se hicieron de su tierra en la Colonia fueron Michel y Sack. Estas cuatro familias decidieron
construir una Iglesia y oficializar una filial del SEARP. Antes las visitas del pastor para celebrar
cultos y actos en El Alto se realizaban en la casa de alguna de las familias. En 1942 se inauguró
un templo construido en el campo de Georg Michel y Anna Margaretha Huck. Al año siguiente
se le agregó una torre. El costo total de obra fue de 7.000 pesos que aportaron los miembros de
la Colonia. En el año 1962 se le agregó una sacristía que costó 40.000 pesos también pagados
por los miembros. Este importante aumento del costo es indicio claro de la inflación de aquellos
años. En 1963 la comunidad de Colonia El Alto estaba integrada por 40 familias que sumaban
aproximadamente unas 200 personas.
En el año 1977 se celebró el último culto en ese templo, que luego fue desarmado por decisión
de la comunidad ya que los jóvenes empezaron a dejar el campo y hubo una merma
considerable en la cantidad de miembros. Los que quedaron se sumaron a las celebraciones en
Gualeguaychú. Actualmente se recuerda a El Alto como una colonia muy activa y pujante. Varios
descendientes de las familias mencionadas en este artículo aún viven en la zona.